Descargando nuevas actualizaciones

Todo es propenso a la actualización para seguir funcionando: programas informáticos, aplicaciones móviles, un post, incluso, nosotros mismos. Pero hay que entender que esta acción no solo plantea una solución a un problema del sistema. La actualización irrumpe con nuevas formas de hacer las cosas.

Kevin McCoy, Quantum, 2014-21

Cambiar el guardarropa cada tres meses, pensar en comprar el nuevo IPhone antes de que salga a la venta o el meme de turno para tener algo de qué hablar y participar en una charla amena con otras personas. Actualizar es sinónimo de calidad, de recargar, poner al día. Si no lo hacemos, es cuestión de tiempo para quedar un paso atrás; alejados del futuro y más cerca del retroceso. El flujo es constante y no se detiene, incluso cuando todo el mundo estaba confinado.

Esta necesidad del renovarse es peor que morir, muerto ya no hay necesidad de seguir en el juego. Por eso se nos decantamos por lo nuevo, por una oportunidad para seguir existiendo, mientras llega el momento de expirar. Aunque a veces pasemos de las incómodas notificaciones de actualización de datos y de término de seguridad, hay unas que nos provocan más ansiedad. Esas son las que tenemos que ejecutar en nosotros mismos. Sí, ponerse al día es una labor cotidiana, casi como las actualizaciones por segundo que tiene Google Maps.

Edward Snowden, Stay Free, 2021

La revolución de la imprenta no fue tanto la accesibilidad de un texto, sino la rapidez y el bajo coste económicos que trajo este invento. El precio de producción de un manuscrito se redujo enormemente al igual que el tiempo para disponer de él. Internet nos permite acceder a información por la que no tenemos casi ni pagar en segundos. Este medio ha creado nuevas formas de interactuar e interconectar; del mismo modo, ha generado líderes de opinión muy dispares y diferentes a los que nos tenían acostumbrados en el siglo pasado.

En este momento, queramos o no, deberíamos saber y conocer quiénes son esos influencers, usar las redes sociales, estar al tanto de los nuevas aplicación para sacar mejor provecho a la dinámica en la que estamos inmersos. Es un ámbito culturar que aumenta su relevancia y en el que surgen las mayores críticas. Ya no podemos referirnos a esto como un fenómeno, se ha establecido y ha modificado otros ámbitos fuera del plano digital. El marketing y la publicidad son sus mejores aliados; los medios tradicionales buceaban contracorriente y aún siguen perdidos; por un tiempo la moda intentó poner un muro ante esta presencia sobrenatural. Por otro lado, el arte siempre ha flirteado con ello desde sus comienzos. Lo laboral sucumbió ante la fascinación de las propuestas de gestión neoliberales: más trabajo en menos tiempo con el mínimo de coste.

Harm van den Dorpel, Event Listeners (Detalle), 2015

Como individuos, además, hemos aumentado el umbral de tolerancia y disminuido nuestra intolerancia. Los cimientos sociales en los que cómodamente estábamos viviendo se han estremecido ante el terremoto de la indignación: racial, medio ambiental, de género, etc. Protestas apoyadas con un post que se masifica por medio de hashtags. A pesar de esto, aún hay un recelo con el acontecer digital. En principio deberíamos desconfiar de la industria, de su contenido y de sus líderes, porque este mercado está en manos de unos pocos que generan beneficios a partir de nuestros datos y nuestro tiempo.

Nos parece gracioso, correcto, aplaudible que Twitter haya suspendido la cuenta de Donald Trump, pero en el fondo esto es cortar la libertad de expresión de una persona. Más allá de lo que haya promovido y dicho, las personas detrás de esta red social actuaron con actitud paternalista ante sus usuarios, quienes en pocas palabras los entienden como sujetos sin criterio ni discernimiento. Es la misma actitud que toman las redes contra los pezones femeninos. Una lucha que se contraataca subiendo otra vez esas mismas fotos, un pantallazo de la notificación de suspensión mandada por la Instagram para testificar contra este arrebato de pudor digital, por ejemplo. Realmente Trump podría usar su otra cuenta (tiene otra activa, pero sin uso desde 2016) o crear una nueva, pero qué pasó ahí: ¿cuestión de orgullo o empecinamiento? Sin embargo, permitir estas acciones nos afecta a cada uno, ¿a quién le estas delegando el poder de decidir por nosotros?

Ryder Ripps, You’re the only person who owns this jpeg, 2022

Una actualización lleva a otra y a otra, hasta tal punto que no podemos volver a la versión 1.0, pero se puede generar una que cambie completamente el patrón designado; porque actualización es creación. Dicen que nunca hay que nadar contracorriente, pero los nadadores que utilizan este método, lo hacen en pequeños estanque para generar una sensación de piscina infinita y mejor sus capacidades sin grandes estructuras. En otras palabras, una lucha que se pelea con pequeñas batallas. ¿Cómo ganar, si no conocemos el terreno en que nos estamos metiendo? Ser parte de él.

Ser un virus, un meme, que se apropia del sistema. En este patriarcado tecnológico tenemos que aceptar que somos usuarios, no personas. Que tenemos las mismas oportunidades para ser líderes de opinión, llamémonos influencers, podcaster, marcas o políticos. Nos hemos actualizado por ser parte de la historia de la humanidad, el siguiente paso es saber cómo actualizar el sistema cultural en el cual nos desenvolvemos y actuamos, ¿no? Bien, una ventaja de todo esto es que nos permite crear conexiones con usuarios que no están cerca de nosotros o que están atrás (pero ni cuenta nos damos) y otro plus es la gran cantidad de información que nos da la oportunidad de salir de nuestro centro de confort, es decir, deberíamos hacer una búsqueda fuera de nuestros gustos para encontrar otras opiniones y otras visiones.

Andy Warhol, Untitled, Self (Portrait), 2021

Deberíamos interesarnos e indagar el léxico del ciberespacio: qué es una criptomoneda o un NFT; buscar sobre el metaverso y el primer desfile virtual, de dónde vienen los memes que compartimos… Sin embargo, esta tarea es individual ante un flujo colectivo. Debemos entender que somos parte activa de la actualización, de una aventura de autocreación para perpetuar nuestra especie. Crear algo nuevo no se descarga de la noche a la mañana sin previo aviso.

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